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miércoles, 25 de marzo de 2015
LA DOBLE VARA DE MEDIR LA DIGNIDAD DEL DOLOR EN LAS TRAGEDIAS
En la segunda
reflexión del post de ayer hablaba sobre la tardanza en la presentación pública
de la lista de los ocupantes del vuelo siniestrado y cito textualmente: "entiendo que puedan haber motivos éticos,
pero sorprende la cautela con la que se lo toman más cuando en el caso que me
ha motivado escribir esta reflexión, el accidente aéreo del vuelo Germanwings 4U9525, las víctimas
están siendo tratadas de forma exquisita.", casi 36 horas después no han
aparecido imágenes de ningún familiar en ningún medio, ni fotografías de las
personas fallecidas, ni tampoco s.m.s., o wassap que pudieran haber enviado minutos
antes de la tragedia. La extrema delicadeza en el tratamiento del dolor está
siendo tan reservada que impide a las personas que empatizamos con los familiares sentirnos cerca.
Ciertamente, los medios de comunicación están siendo muy respetuosos con las personas que han
perecido, y es más que probable es que el nombre de muchas de ellas los sepan.
Ahora bien, si sabemos donde trabajaban o donde han pasado unos días con
alumnos o donde vivían. Tampoco la compañía ha facilitado el listado y no se
hará pública hasta que todos los familiares de las víctimas estén localizados.
El debate está abierto y servido. Ante cualquier tragedia de estas magnitudes, es necesario?, qué utilidad tiene hacer
público el listado?, ayuda o no ayuda a los familiares al duelo?, y si
finalmente se acaba dando y sabiendo porque tanta especulación con el mismo en
estos momentos?, estas sólo son una pequeña muestra de las preguntas que surgen
tanto se dé o no el listado de pasajeros fallecidos.
Cada vez que veo en las
noticias los niños muertos o heridos en
brazos de sus padres en la guerra de Siria, o en la población de Gaza o Cisjordania
ante los ataques israelitas, por poner algunos ejemplos, me pregunto dónde está su dignidad y su derecho a sufrir en la
intimidad el dolosr, o es que acaso ese si es público?
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